¿Por qué son importantes?

Un centro comercial urbano desarrolla  un conjunto de acciones dirigidas sobre todo a la mejora de la competitividad de las empresas que forman parte del área, a la promoción y dinamización del área para atraer visitantes e inversiones, así como al desarrollo de un espacio urbano de calidad promoviendo actuaciones de mejora tanto en el espacio público como en las viviendas y locales.

Objetivos de la gestión de un Centro Comercial Urbano:

  • Favorecer la participación y el compromiso de los agentes –tanto del sector público como del privado- que asegure la viabilidad de las actuaciones y su sostenibilidad en el tiempo.
  • Promocionar y dinamizar al empresariado local. 
  • Diseñar y desarrollar nuevas fórmulas para la revitalización y fortalecimiento del tejido empresarial.
  • Llevar a cabo actuaciones de accesibilidad, amenidad, atracción y acción-gestión.
  • Potenciar una gestión del área comercial dando prioridad a la prestación de servicios.
  • Aportar una dimensión comercial y empresarial para el desarrollo económico de la zona comercial.
  • Aportar una dimensión social-cívica para asegurar el conveniente desarrollo social de estos espacios, evitando su degradación.
  • Aportar una dimensión ambiental-urbana para garantizar la calidad del entorno urbanístico y la revalorización del patrimonio urbano
  • La fórmula del Centro Comercial Urbano contribuye a que el comercio urbano mejore su capacidad de competir y ha demostrado ser un modelo válido para la dinamización y promoción de las zonas comerciales, en las que, en paralelo, se han ido desarrollado proyectos de recualificación del espacio urbano.

Beneficios que aportan los Centros Comerciales Urbanos

Generan riqueza y empleo.

Se estima que en los ámbitos geográficos donde se desarrollan los Centros Comerciales Urbanos españoles se localizan casi 110.000 empresas que desarrollan su actividad en 133.000 locales a pie de calle.  

Asimismo, se ha estimado que el comercio ubicado en los Centros Comerciales Urbanos españoles genera el 16,7% del volumen de negocio del comercio minorista español (36.235 millones de euros). Estimación realizada en base a facturaciones medias del sector.  

Por otra parte, la presencia mayoritaria de empresas locales hace que se revierta más riqueza en la propia ciudad.

Mejoran la competitividad del comercio urbano.

A través de la gestión derivada de los Centros Comerciales Urbanos, muchos centros urbanos han podido mantener una oferta comercial amplia y de calidad en zonas donde la demanda corría el riesgo de estancarse o reducirse.

Estos proyectos están demostrando que actuar y gestionar determinados ámbitos urbanos que, por su concentración comercial y sus especiales condiciones urbanísticas, históricas o sociales necesitan de intervenciones coordinadas entre las administraciones, los agentes económicos y las empresas, supone una opción estratégica irrenunciable para el comercio urbano.

Refuerzan la identidad y  las funciones urbanas de las ciudades.

El comercio tiene un papel importante como elemento vertebrador de la estructura urbana y también por su capacidad de aportar identidad y reforzar la imagen y el posicionamiento de la ciudad.  

Los Centros Comerciales Urbanos son generadores de actividad, ya que atraen a miles de visitantes y compradores foráneos que hacen uso de sus comercios y servicios. Esto refuerza las funciones urbanas de las ciudades medias, las cabeceras comarcales y las capitales de provincia, impulsa la rehabilitación de  los cascos urbanos y la atracción de inversiones.

Crean ciudad y mejoran la calidad urbana.

Los Centros Comerciales Urbanos refuerzan los modelos de ciudad que nos son propios: densos, compactos, complejos y mediterráneos. Los centros urbanos crean ciudad, favorecen la recuperación y rehabilitación de edificios, viviendas y locales y aumentan la calidad urbana, en especial de la red de espacios y equipamientos públicos.

Refuerzan un modelo de ciudad más sostenible.

Frente a otros modelos de desarrollo comercial, los Centros Comerciales Urbanos refuerzan un modelo de ciudad más sostenible, con una oferta de comercios y servicios más próxima al ciudadano que promueve los desplazamientos peatonales y un modo de vida y consumo que responde mejor a nuestros modelos de ciudades mediterráneas.